REPTO

REPTO

Mis pies son muñones,
mi piel se ha secado al sol,
mis ojos no ven la luz,
mi sangre tiempo ha dejó de fluir por mis venas,
mi corazón no palpita.

Busco olores
que mi olfato no puede intuir,
me guío por sonidos
que mis oídos no pueden escuchar.

No importa que me desgarre
un sol abrasador
o que un viento helado me corte
como un filo de cuchillo.

Continúo reptando
por las entrañas de este mundo desolado
que he heredado,
sin rumbo fijo,
sin destino
ni punto de partida.

A veces me encuentro con otros como yo.
No nos decimos nada,
pues nuestras lenguas palabras no pueden articular.
Apenas sí nos chocamos,
y nos repelemos como imanes de polos opuestos
con un simple roce.
No sentimos el tacto de los demás
contra nuestras pieles.

No podemos sentir nada.

Somos las almas muertas,
la heredad de nuestra realidad.

No sé hasta dónde llegaré,
no sé qué destino firmaré,
sólo sé que mi único impulso es comer,
pero ya no queda nada vivo de lo que alimentarme.
Ya no quedan almas bajo el cielo.
Se han ido todas al infierno,
y caminan a la par mía.

Lo único que sé es que repto.

Y mi penar no encuentra final.

Mi ojos llorarían
mares de lágrimas
si no se hubieran secado,
mi alma gritaría
si no me la hubieran arrebatado.
Y, mientras tanto,
prosigo con mi lento peregrinar.

Repto.



© Copyright 2014 Javier LOBO

0 comentarios:

 

Flickr Photostream

Twitter Updates

Meet The Author