SOY DÉBIL

SOY DÉBIL

Apenas una brizna de hierba
en manos de un gigante,
no más que un sorbo de agua
en el fondo de tu vaso,
una voluta de vapor
emergiendo de tu caldero,
un  microbio siendo esterilizado
hasta desaparecer.

Así soy, débil.

Aplastado bajo el peso
de las ruedas dentadas del tiempo,
ignorado por la sabiduría de los sabios,
punto de inflexión de nada,
leit motiv de una canción desgarrada
que sólo escucharán mis oídos
y los de nadie más.

Soy un suspiro
en manos de la Naturaleza,
a expensas de ser arrasado por su rugido,
de que manos de agua y lodo me atrapen,
o de que sus seres me devoren.

Así soy, débil.

Por mucho que entrene mis músculos,
por más kilos que mis brazos puedan alzar,
por más rápido que mis piernas puedan correr,
por mucho que mi cuerpo se pueda mover durante más tiempo,
no soy nada.

Apenas una mota de polvo
en el salón del cosmos,
una minucia insignificante
para los Primigenios,
ni siquiera estrella en el firmamento.

Así soy, débil.

El templo del saber que mi cerebro alberga
no es sino una letra descolorida
en los grandes salones renacentistas.
Soy la mala pincelada
borrada sobre el lienzo,
la cincelada
borrada y rectificada,
la ola desaparecida en tus costas.
No habrá saber que no me supere
ni erudito que me aprecie.

Así soy, débil.



© Copyright 2014 Javier LOBO

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