MIRADA TURBIA

MIRADA TURBIA

Con la mirada turbia
y el pelo revuelto,
el corazón palpitante
y el sexo húmedo,
me invitas a beber
del licor de tus labios

y de la ambrosía que guardas entre tus piernas,
con las promesas flotando en el aire de la noche,
mordiéndote coqueta el labio
para decirme sin palabras
que el acuerdo está firmado,
que el pacto del sexo sólo necesita
la palpitante rúbrica de mi estilográfica
en tus pliegos de húmedo pergamino.

El agua tibia azota nuestros cuerpos,
el vapor de agua se confunde con nuestro vaho,
mientras la noche afuera brilla con luz propia,
cuando el cielo parece menos negro
y sus estrellas más intensas,
mientras permanecemos unidos,
cuerpo con cuerpo,
en perfecta sincronía,
como una perfecta dinamo
al son de nuestros gemidos,
creando la tensión necesaria
para estallar al unísono
en una supernova
con un ronco rugido final.

 

Y luego, mientras nuestros cuerpos se relajan,

vendrán el hambre y la sed

que apagaremos con licor y algún bocado,

cuando lo que de verdad queremos

es volver a repetir este festín

de la carne y los fluidos,

y ahogarnos en los besos

de nuestros propios labios

a cada instante.

© Copyright 2014 Javier LOBO